La demanda exige una producción más personalizada; pero la incesante velocidad de innovación y de comercialización de nuevos productos, además de la volatilidad del coste en los suministros y la fragilidad de las cadenas logísticas, ponen actualmente en jaque al entramado de pymes manufactureras. La industria 4.0 les puede ayudar , ya que se basa en la combinación de técnicas avanzadas de producción y operaciones con tecnologías inteligentes que integran organizaciones, personas y activos.

La adopción del 4.0 radica en la planificación: alinear las estrategias, crear la hoja de ruta, comunicar la visión, construir el apoyo y disipar los temores sobre la ciberseguridad, las reestructuraciones de plantilla, etc. La estrategia es la clave, y esta debe perseguir en primera instancia las mejoras de rendimiento para crear procesos verdaderamente eficientes y conseguir una metodología que aporte una mejor visibilidad en toda la cadena de valor.

El verdadero desafío de la industria 4.0 es entender el modelo como un todo y que cada mejora sea escalada y, sus sinergias repercutan en la generación de valor a nivel empresarial. Para ello, la identificación de oportunidades de colaboración y generación de valor mutuo entre las distintas áreas del negocio es más probable si el trabajo está orientado a ser transfronterizo dentro de un entrono 4.0 integrado.

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