El artículo publicado por The Conversetion, da algunos ejemplos:

• Nuevos órganos artificiales
• Implantes que una vez colocados en el cuerpo, se absorban y al mismo tiempo regeneren el hueso
• Baterías con más memoria a partir de nanomateriales
• Materiales dúctiles, resistentes y multifuncionales a la vez
• Metamateriales al manipular la arquitectura interna del material, se obtendrán propiedades mecánicas imprevisibles.

Todo el desarrollo de materiales en estos momentos está apoyado en tres pilares básicos: las nuevas técnicas de fabricación (con especial relevancia de la impresión 3D), la irrupción de la IA, y que todo desarrollo tiene que estar alineado con la sostenibilidad y el uso eficiente de materias primas.

Para cualquier desarrollo hay que contemplar qué metales hay disponibles en el planeta. Además, se debe considerar muchos más criterios de diseño que antes no se contemplaban. Por ejemplo, si se pensaba en resistencia, esta era a costa de la ductilidad, y no se pensaba en que un mismo material pudiera tener múltiples funciones.

Con todo esto, en este siglo XXI el número de combinaciones de variables es inmenso. Y es ahí donde entra la IA para hacerlo todo, o casi todo, posible.

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