Si existe un robot popular (lo usan ya más de 200 empresas en todo el mundo), ese es Pepper. Fabricado por Softbank Robotics, este androide de metro veinte de estatura y rostro amigable lleva el alma de la compañía Alisys, que lo programó para interactuar y empatizar con las personas y por eso hoy es el rey de los denominados ‘robots sociales’ humanoides. Es capaz de identificar el lenguaje no verbal, como gestos y emociones y ofrece información visual a través de su tableta.

El pequeño Nao escucha, reconoce el rostro y lleva a cabo movimientos complejos, como sentarse, levantarse o caminar, solo o de nuestra mano. Furhat es una expresiva cabeza que simula el tono de voz y las emociones de una persona, canta, cambia su apariencia y habla más de 40 idiomas. Y Alpha mini, el más parecido a un juguete, podría despertar la ternura de un bloque de piedra con sus vivarachos ojos o sus demostraciones de Kung-Fu. Una combinación de inteligencia artificial, machine learning, reconocimiento facial y de voz es el mix tecnológico que les da vida a todos ellos.

Además, en 2021 se superó por primera vez el medio millón de instalaciones de nuevos robots industriales, según datos de la Federación Internacional de Robótica (IFR) y se estima que el mercado de robots colaborativos, que interaccionan con las personas en el entorno laboral, llegará a los 10.800 millones de dólares en 2028, según los expertos.

Con estas halagüeñas perspectivas, no es de extrañar que la compañía, dedicada tradicionalmente a ofrecer soluciones digitales desde IA, cloud o blockchain para call centers o contact centers, haya apostado fuerte por la robótica.

Además de los androides destinados a salud, turismo, hostelería o educación, Alisys ostenta la patente del robot cuadrúpedo más avanzado del mundo. El “perro” Spot, orientado a la industria y a la construcción.

Llegados a este punto, viendo de lo que ya son capaces muchos robots, la pregunta obligada es si debemos temer que nos sustituyan en parcelas de nuestra vida. De acuerdo con el estudio The Future of Jobs 2020, de cara a 2025 la tasa de automatización de la fuerza laboral será un 14% más alta y el trabajo desempeñado completamente por seres humanos será del 53 %, cuando ahora es del 67 %.

La clave está, pues, en la capacitación, unos perfiles laborales más creativos y menos repetitivos, algo de lo que ya se encargarían los robots, “porque van a servir para complementarnos, no para hacernos la competencia”.

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